Opinar se define como el acto de realizar un juicio o una valoración sobre algo o alguien. Aparte de verbalizar lo que pensamos o sentimos con respecto a un tema o una situación, las opiniones permiten que mostremos al resto quiénes somos y son la mejor representación, a su vez, de nosotros mismos. Por lo tanto, no es de extrañar que, por ejemplo, después de haber comprado un libro muy interesante, tengamos la necesidad de manifestar lo que nos ha parecido.
Sin embargo, cuando dichos temas, situaciones, personas o cuestiones nos apasionan, tendemos a extendernos en nuestras opiniones, justificándolas y argumentándolas con un poco más de detalle, es decir, dejamos de opinar para reseñar. Una práctica que se ha convertido en una forma muy popular de crear contenido por su utilidad para los consumidores y que ha dado lugar a figuras que se dedican casi en exclusiva a ello: los reseñadores.
De este modo, si estáis interesados en convertiros en reseñadores, o no, pero os gustaría aprender a reseñar por otros motivos, vamos a comentar qué es y como escribir una buena reseña.
¿Qué es una reseña?
Las reseñas son opiniones más extensas y elaboradas que destacan aspectos que nos han parecido importantes. Estos son los que conocemos como «aspectos reseñables», y en ellos se basan nuestros argumentos, ya sean negativos o positivos, para justificar nuestra exposición.
Así, la diferencia principal entre una reseña y una crítica reside en que la primera no analiza de manera pormenorizada ni técnica la cuestión a la que se refiere. La función de la reseña es la de exponer, de forma personal y con más detalle, una opinión. Además, puede entremezclar aspectos subjetivos y objetivos, mientras que la crítica ha de ser objetiva por completo.
¿Cómo escribir bien una reseña?
No son pocos a los que les encanta expresar lo que opinan y no se animan a reseñar porque afirman no saber hacerlo. Sin embargo, escribir una reseña no tiene por qué ser complicado, tan solo hay que seguir unas pocas pautas.
1. Breve y concisa, mejor que extensa y caótica
No os engañéis, no porque una reseña sea muy larga significa que sea mejor que una breve. Lo importante a la hora de reseñar es saber hablar de los aspectos reseñables que se quieren comentar, de manera cohesionada, coherente y concisa. Por tanto, si se os complica hilar ideas, evitad las oraciones largas y las explicaciones muy extensas. Centraos solo en aquello que queráis destacar y las razones, ya sean cuestiones negativas o positivas.
2. Estableced las ideas que siempre aparecerán en vuestras reseñas
Una buena manera de escribir reseñas es mencionar siempre de las mismas ideas claves. Estas os ayudarán a organizaros y harán que vuestras reseñas presenten el mismo esquema. Así pues, un ejemplo de reseña estructurada mediante puntos claves sería: Introducción, me gustó/no me gustó y razones (estilo del autor, ambientación y personajes), y por último conclusión.
Con el tiempo y con la práctica, no obstante, podéis añadir más ideas, cambiarlas o adaptarlas a vuestro estilo de reseña.
3. Los ejemplos son vuestros amigos
Los ejemplos (¡ojo, sin destripar el libro!) son vuestros mayores aliados para que vuestras reseñas no se confundan con «reseñas tipo», de las que hablaremos en otro artículo y que no son más que reseñas falsas. Estos aportarán peso a vuestros argumentos, pero, eso sí, tampoco os paséis mencionando una lista de ejemplo, porque eso puede desviar la atención del lector.
4. Las reseñas bien escritas generan interés
Seamos sinceros, no hace falta ser escritor para escribir reseñas. No obstante, una reseña sin faltas de ortografía, bien redactada y estructurada, resultará mucho más agradable y generará una confianza mayor en quien la lee que una mal escrita o que no se entiende bien. Por ello, antes de publicar vuestras reseñas, no os olvidéis de darles un repasillo.
5. Sinceridad y respeto hacen al reseñador honesto
Una reseña no solo habla del objeto reseñado, también lo hace del reseñador. Por eso, teniendo esto en cuenta, tanto si las opiniones son positivas como negativas, estas deben ser, además, respetuosas. No ser brusco con las palabras ni usar términos despectivos generan un mayor interés por lo que se está contando. Alejaos de las valoraciones destructivas que no aportan nada y centraos en expresaros con educación, sin renunciar a la sinceridad. Gracias a ello, conseguiréis evitar dolores de cabeza, sobre todo, si queréis dedicaros a reseñar a artistas (escritores, ilustradores, músicos, etcétera) independientes con los que podáis tener más o menos contacto por las redes sociales.
Por supuesto, encontraréis reseñadores que abogan por todo lo contrario con el fin de generar polémica y crecer basándose en ella. Desde luego, es una opción, pero sois vosotros quienes debéis determinar si merece la pena.
6. Originalidad, naturalidad y sin miedo a expresarse
Por último, procurad ser originales. No está mal (y de hecho es recomendable) ver y estudiar cómo otros reseñadores crean su contenido, ya que todo aprendizaje es bienvenido y de gran ayuda. Sin embargo, esto no significa copiar. Hay que encontrar un estilo propio que nos diferencie y nos haga, a la vez, reconocibles.
No tengáis miedo a expresaros y mostraros cómo sois, pues es la mejor manera de conectar con gente afín, y, sobre todo, no perdáis la ilusión y el cariño por lo que hacéis.
Si las ideas no fluyen o necesitáis parad, hacedlo. Descansad. Es importante mimar nuestra salud mental, así que nunca os toméis las reseñas como una obligación.
Espero que, si estáis pensando en dedicaros a reseñar u os gustaría reseñar de vez en cuando, estos consejos os sean de ayuda. No olvidéis que las reseñas no dejan de ser opiniones y que, por lo tanto, representan una forma más «elaborada» de expresar lo que pensáis sobre una determinada cuestión o producto. Así que lo más importante, sin duda, a la hora de escribirlas es hacerlo con honestidad y por placer, con el fin de conectar con los demás y ayudarlos a decantarse o no por consumir aquello de lo que estamos hablando.
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