Publicar un libro, el sueño de todo escritor. Tras meses escribiendo y, después de un último repaso, tu obra ya está terminada, pero ¿qué harás a continuación?
Esta pregunta se la hacen de manera sistemática todos los escritores que empiezan su camino literario. La eterna duda de si intentar publicar con editorial o hacerlo por tu cuenta, normalmente a través de Amazon. Incluso, hay autores que, habiéndose decantado por una, se plantean probar con la otra. Pero ¿cuál es mejor? O más bien, ¿en verdad hay una mejor que otra?
Antes que nada, debes saber que este artículo no pretende ser ofensivo con ninguna de ellas. Sin embargo, para hablar con conocimiento de causa, algunos autores me han contactado para contarme sus experiencias (¡muchas gracias a todos!), y la balanza, todo hay que decirlo, en alguna de ellas no se ha decantado por lo positivo. Así que, dicho esto, la respuesta, como en muchas otras cuestiones, es «depende». Son varios los aspectos que hay que tener en cuenta a la hora de decidirse por una u otra forma de publicar, como tu presupuesto, lo que quieras ganar, si deseas tener todo el control o prefieres que otros se encarguen por ti… No obstante, independientemente de estos aspectos, la mejor manera de tomar una decisión es estar bien informado. Por eso, a continuación, voy a contarte de manera muy general en qué consisten la publicación por editorial y la autopublicación, a fin de que seas consciente y sepas qué esperar de cada una.
Publicación por editorial
Publicar por editorial significa que otros se encargarán de todo el proceso por ti. Bueno, en teoría. Idealmente, debería ser así, pero el panorama editorial ha cambiado bastante en los últimos años y hay que andarse con ojo, pues no todas estas empresas son lo que el escritor espera que sean. En primer lugar, porque hay que diferenciar las editoriales tradicionales, aquellas que cubren los costes de edición y distribución, de las «editoriales» de coedición y autoedición. Con este fin, para explicártelo mejor, tal y como he mencionado, he consultado a varios escritores para conocer sus experiencias y ofrecerte aquí, de manera muy resumida, lo que supone publicar con cada una de estas opciones «editoriales».
Editorial tradicional
Responden al concepto que tenemos por editorial. Las editoriales tradicionales, se encargan de los costes de edición del libro (revisión, corrección, maquetación, portada…), distribución y publicidad. El autor no tiene que invertir nada ni asumir ningún coste. A veces, pueden pagar adelantos por la publicación de una obra (dependiendo si creen que recuperarán la inversión). Se presentan, de algún modo, como la forma «ideal» de publicación y, por tradición (nunca mejor dicho), los autores piensan que publicar con ellas es sinónimo de calidad y/o prestigio. De ser un escritor hecho y derecho, vaya. Pero ¡ojo!, porque no es oro todo lo que reluce.

Las condiciones que imponen al escritor dependerán, en gran medida, del tamaño de la editorial y lo que pueda invertir en él. En cambio, esto no tiene que ver con la atención que reciba o lo bien o mal que se sienta tratado uno. Por ejemplo, las ganancias se encuentran entre el 8% y 20% del PVP (precio de venta al público) para el autor. Lo normal es que este número se mueva más bien en el 10%. A su vez, dichas regalías suelen pagarse al año, o cada seis meses, dependiendo del volumen de distribución. En este sentido, me he encontrado con experiencias de todo tipo, con un claro predominio de las negativas por retrasos o pagos que no llegan nunca. Aunque esto no es exclusivo de estas editoriales y depende de la seriedad de la empresa en sí.
Una de las ventajas de las editoriales tradicionales es una mayor presencia en el mercado. Al menos, así lo consideran los autores que publican con ellas, y tiene su lógica. Las editoriales ofrecen distribución en librerías y otros canales de venta. Sin embargo, hay que tener en cuenta que esto no quiere decir que tu libro esté ni en la estantería ni en el escaparate de las tiendas. No olvidemos que las librerías no dejan de ser negocios y preferirán colocar en escaparate o estantería a autores más o menos conocidillos, antes que a un novel o no reconocido. Además, ¿has pensado en la cantidad de libros que se publican? Ninguna tienda cuenta con un almacén tan grande como para guardar libros de tantos autores, y mucho menos varios ejemplares de cada uno. Por lo tanto, lo más seguro es que la venta de tu libro se haga bajo demanda. Eso sí, quien lo pida a su librero, no tendrá problema en conseguirlo (si no tienes ningún problema con tu editorial). Y bien es verdad que existen librerías que son más cercanas o «de barrio» con las que podrías llegar a ciertos acuerdos para ganar un poco de visibilidad, pero en líneas generales, ese es el panorama.
Las editoriales tradicionales, además, pueden organizarte presentaciones, conseguirte entrevistas en diarios, radio, televisión… e invitarte a ferias del libro. Es decir, se encargan también de la publicidad y la promoción. Muchos autores se contentan con esto, pues no deja de ser lo que esperan de ser escritor (rodearse de lectores, firmar libros…). No obstante, como venimos señalando desde el principio, todo depende de si hablamos de una editorial tradicional grande o una modesta. En pocas palabras, todo se supedita a lo que puedan o quieran invertir en ti. Por lo demás, deberás ceder tus derechos durante X años (algún autor me contó que le hicieron firmar por 20 años, ¡una locura, vaya!) y, en ocasiones, firmarás exclusividad con ellos para tus próximas obras. Todo ello sin contar con que, si se especifica en el contacto, puede que tengas que cambiar tu novela en extensión, estructura, trama… si ellos así te lo exigen. Pero, bueno, si te decides a publicar por editorial es porque no te importa delegar el control sobre tu obra, ¿no? Fíjate, de todos modos, siempre en la letra pequeña de los contratos.
Editorial de coedición
A decir verdad, muchos escritores, debido a su experiencia, no consideran estas «editoriales» como tal. Seamos sinceros, estas empresas se suelen disfrazar de editoriales tradicionales, pero al final lo más probable es que tú seas quien cubra con los gastos. Te lo explico.
Actualmente, son las que más te encontrarás. Una de las principales diferencias entre estas «editoriales» y las tradicionales es que no suele haber un proceso de selección a la hora de elegir qué libros publicar o no. Es decir, no valoran los libros que se les envía en función de sus intereses editoriales y/o comerciales, suelen aceptar todos. Muchas de ellas, incluso, contactan a autores para asegurarles que se han fijado en su perfil y engatusarlos, halagándolos y haciéndoles sentir únicos. Prometiéndoles ventas y distribución. Algunas, además, pueden presentarse como más «exclusivas» por trabajar con un catálogo determinado o un tipo de ficción concreta. Por ejemplo, que solo publiquen libros de Romántica. Esto puede lograr engañar a los autores, ya que el hecho de trabajar con un género único puede darles la imagen de tradicional.

Pero entonces, ¿cómo reconocerlas?
A pesar de ser las más frecuentes, a veces, puede complicarse, pero hay ciertos indicios que deben ponerte en alerta. Por un lado, fíjate en lo que te ofrecen. En principio, las ventajas de las que disfrutarás son las mismas que las que tendrías con una editorial tradicional, con un par de salvedades: o bien te dicen que no tienes que pagar nada, pero que debes vender la primera tirada de libros (ya sea en una presentación organizada por ellos o por tu cuenta), o bien te cobran el 50% de los gastos de publicación.
Si se presentan como editorial de coedición y te cobran la mitad de los gastos, bueno, ya sabes a lo que te expones. La mayor parte de los escritores que han querido contarme su experiencia con ellas no tienen buena opinión sobre esto. Por una parte, porque ese 50% de la edición suele estar inflado (te dicen que el libro vale tanto, pero te lo dejan a la mitad, cuando la realidad es que vale menos que esa mitad). Por otra parte, la mayoría aduce malas o nulas correcciones, portadas deficientes (ahora con el uso de la IA, ya para qué hablar, aunque de esto no se libran ni las tradicionales), cero promoción en redes, distribución de libros bajo demanda (solo si se compran desde el catálogo de su web o se piden al librero) o retrasos en los pagos. Por supuesto, esto no quiere decir que todas sean así, pero hay que señalar estas prácticas para que los autores se anden con ojo.
Ahora bien, las que te afirman que no debes pagar nada, pero te piden vender un número determinado de libros (muchas veces con el cuento de «para ver la viabilidad del proyecto»), son las que peor fama tienen. Normal, ¿qué autor novel es capaz de vender 50 o 60 libros? Teniendo en cuenta que no te hacen promoción, salvo una presentación a la cual acudirán tus familiares, amigos y conocidos como mucho, la tarea se hace cuando menos complicada. Pero lo peor no es esto, sino que, con toda seguridad, el escritor habrá firmado un contrato por el cual deberá abonar el coste de los libros que no haya vendido. Ahora piensa, multiplica 17 o 18 euros por una de esas tiradas de libros. Efectivamente, has cubierto los «gastos de publicación». Pero… ¿qué pasa si por casualidad o designio de los dioses literarios consigues vender esos libros? Pues que te llevarás el 8 o el 10% de la venta de cada ejemplar, dependiendo de lo que hayas firmado, y ellos siguen cubriendo gastos.
Con esto, creo que queda claro por qué hay que tener cuidado con estas «editoriales». Dicho lo cual, no quiere decir que no haya unas más honestas que otras. Reitero lo que expuse con las editoriales tradicionales: fíjate en la letra pequeña del contrato (y aún así, hazte a la idea de que la experiencia puede salir bien o mal).
Editorial de autoedición
Estas podría haberlas colocado en el apartado de autoedición, pero como se presentan como editoriales, creo que es mejor ponerlas en este, a fin de localizarlas mejor. Las editoriales de autoedición son esas por las que, de manera consciente, pagas por publicar. Te cobran por los servicios que contrates, así como el número de libros que pidas. Cuantos más servicios y más impresiones, más alta será la tarifa. Por lo demás, se comportan como editoriales, en el sentido de que te ofrecen la distribución de tu libro en tiendas, te pueden organizar presentaciones, te invitan a las ferias… y te pagan el mismo porcentaje de regalías por venta (entre el 8 y el 10% más o menos para libros en físico; entre 20 y 35% por venta digital). La promoción en redes queda a cargo del autor, como ocurre con el resto (salvo que sea una editorial tradicional grande).
Los testimonios de los autores que han publicado con ellas son claros: la mayoría no está contenta, pero sabían a lo que se exponían. Otros, en cambio, se conforman con acudir de vez en cuando a presentaciones y a las ferias para firmar.
Autopublicación
La autopublicación, tan temida como venerada, y de la que puedo hablarte con conocimiento de causa por ser mi elección. Eso sí, tienes que saber, ante todo, que no es la panacea, pero, si viene pisando fuerte durante los últimos años hasta el punto de poner en pie de guerra a editores y a algunas librerías, es por varias razones.
La mayor ventaja de la autopublicación es que el autor tiene un control total sobre su obra, y cuando digo total, me refiero al proceso de edición y publicación. Evidentemente, tendrás que acatar las condiciones de la plataforma mediante la cual lo harás. Como autopublicado puedes, en primer lugar, aventurarte en el mundo de la edición y llevar a cabo todo el proceso por tu cuenta y riesgo o contratar servicios editoriales que pueden ofrecerte profesionales autónomos o freelance. Respecto a esto, la crítica más vertida por las editoriales y autores que publican con editorial es la supuesta falta de calidad de los autopublicados, al no haber una «criba». Pero ya hemos visto que publicar por editorial no es sinónimo ni de que te revisen el libro ni todos los autopublicados se lanzan a ello sin invertir antes en servicios editoriales. De hecho, una de las razones por las que está aumentando cada vez más la popularidad de estos autores es, precisamente, porque en muchas ocasiones, sus obras (a nivel de corrección, maquetación y estética en general) no tienen nada que envidiar a las de editorial. Bien es cierto que, en cuanto a la calidad de impresión, no se llega al nivel de estas. Pero ¡ojo! Nadie te impide sacar un ISBN e invertir en una buena imprenta para vender ejemplares por tu cuenta.

Otra de las ventajas principales de la autopublicación sobre las editoriales es el margen de ganancias para autor. Hablando de Amazon, que es actualmente la plataforma reina en este sentido, de manera general (y basado en mi experiencia, como autora que reside en España), el beneficio de regalías es del 70% por venta en digital y del 60% por venta de libro físico (rústico o tapa dura). A su vez, también puedes activar la opción de distribución ampliada en ciertos mercados (americano), lo que significa que ciertas librerías y/o tiendas pueden pedir tu libro. En caso de que esto ocurra, te llevarías un 45%.
Asimismo, tienes acceso a los informes de ventas y se te paga rigurosamente cada mes, siempre y cuando tuvieras ventas 2 meses antes. O sea, lo que vendas en mayo te lo pagarán a finales de julio. ¡Ah! Y siempre y cuando llegues al umbral mínimo de pago en ciertos países (en España, por ejemplo, no lo hay; te pagan tanto si has ganado un céntimo como cien euros).
Y ahora mismo puede que digas… «Pero ¡si con la autopublicación todo parece ventajas! ¿Dónde está lo negativo?». La respuesta se encuentra, principalmente, en la promoción y, por ende, la dificultad para destacar entre tantos libros.
El autopublicado asume todo el control del proceso de publicación, y esto incluye también la publicidad. Un autopublicado puede ser también autoeditado (no solo debe saber escribir, debe ser corrector, tener conocimientos de diseño, de maquetación, de marketing…) o puede delegar en otros.
A la hora de promocionarse ocurre lo mismo. O lo hace por su lado, moviéndose o intentando aprender nociones de marketing, o contrata a alguna empresa o profesional que lo haga por él. En cualquier caso, debe buscarse la vida para todo, sin excepción. Por ejemplo, esto también sucede si quiere vender su libro en librerías (si es que se los aceptan), hacer presentaciones o acudir a ferias (esto un poco más complicado, pero puede lograrse mediante asociaciones y librerías dispuestas a trabajar con autopublicados). Los ISBN de Amazon no sirven para vender fuera de su plataforma (al menos, legalmente), pero siempre esta la opción de sacar un ISBN por tu cuenta y moverte.
Quizá ahora resoples. Eso de tener que hacerlo uno todo y lo difícil que es captar la atención de los lectores puede abrumar a cualquiera. Además, a ello hay que sumarle que a los autopublicados todavía nos ven con algo de recelo, ya que, es cierto, se «publica» muchísima morralla carente ya no de calidad, a veces hasta de sentido. Esto, aunque injusto, hace que sea muy complicado destacar, incluso haciendo las cosas bien. Siempre se dice que quien invierte en publicar un libro no debe esperar recuperar la inversión. Pero no te engañes, sucede así con la autopublicación y las «editoriales» de las que hemos hablado. La única manera de no perder es mediante editorial tradicional (a costa de todo lo que ya hemos visto) o no contratar a nadie y subir tu libro por tu cuenta. Aunque esto puede tener consecuencias nefastas para tu imagen de escritor.
Entonces, ¿qué es mejor?
Para concluir este más que extenso artículo, recordemos que esto es una exposición general de lo que suponen estas dos maneras de publicar. Dentro de ellas podrás encontrar variantes y escritores cuyas experiencias son diversas. Pero, a modo general, podemos resumir que, si bien no hay una forma de publicar mejor que otra, la autopublicación es la opción indicada para quienes deseen tener todo el control sobre sus obras y obtener más ganancias. Es decir, es la mejor decisión si no se quieren tener ataduras de ningún tipo y se es, nunca mejor dicho, independiente. No obstante, si uno no quiere quebraderos de cabeza y no le importa ganar menos, aparte de que necesite (por la razón que sea) rodearse de gente y firmar de vez en cuando para sentirse escritor, deberá plantearse la publicación por editorial. Eso sí, mirando muy bien lo que venga en los contratos para luego no llevarse sorpresas.
Pero ¿y tú? ¿Qué opinas de este tema? ¿Piensas publicar próximamente y no sabes qué elegir? ¿Ya has publicado de alguna de las dos formas? ¿Cuál es tu experiencia? ¡No dudes en ponérmelo en los comentarios!
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