Estar regido por el elemento pírico significa ser puro fuego. Eres valiente, eres decidido, pero también muy impulsivo. Una pequeña chispa puede desatar ese torbellino de llamas que llevas en tu interior. No te gusta perder y los demás temen enfrentarse contigo porque puedes ponerte muy violento. Ahora, eso sí, cuando quieres, lo haces con intensidad, con ese calor capaz de quemar. No lo niegues, lo tuyo es disfrutar viendo el mundo arder, y lo sabes.
Flamma, la pasión encendida, el poderoso elemento ardiente capaz de calentar o abrasar con su presencia. Todo lo haces con intensidad, amar y odiar son dos extremos que conoces bien, que explotas y que explosionan en ti. Tu gran fuerza y el calor que irradias consiguen que todos quieran tener a alguien como tú en su vida.
Ahora bien, que no te toquen a tus aliados. Tu mayor principio es la lealtad y, si hay que morir luchando, exhalarás tu último aliento de pie.
Virtudes: Valientes, apasionados, grandes amigos.
Defectos: Impulsivos, irascibles, agresivos.
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Verónica Monroy 